Lactancia
Problemas en lactancia materna
Asesoramiento y tratamiento personalizado para resolver dificultades de succión, amamantamiento o problemas relacionados con el vínculo madre-hijo, brindando apoyo emocional y práctico, promoviendo una lactancia exitosa y fortaleciendo la conexión entre madre y bebé


Problemas de agarre y succión
Me enfoco en problemas relacionados con el agarre y la succión durante la lactancia, como dificultades en el agarre, chasquidos y atragantamiento, o preferencia por un pecho. Estos problemas pueden afectar la eficiencia de la alimentación y la comodidad, tanto para el bebé como para la madre, haciendo que el proceso de lactancia sea frustrante o doloroso. A menudo, estas dificultades requieren ajustes en la técnica, como modificaciones en la postura o el agarre, o una evaluación profesional para identificar la causa subyacente y plantear soluciones personalizadas que favorezcan una experiencia de lactancia más efectiva y placentera para ambos.

Dolor y molestias en la madre
Abordamos problemas que pueden causar dolor o incomodidad en la madre durante la lactancia, como grietas, irritación o dolor persistente en los pezones, además de situaciones en las que los bebés muerden el pecho o tienen una succión ineficaz. Estas dificultades no solo generan molestias físicas, sino que también pueden afectar emocionalmente a la madre, disminuyendo su confianza y haciendo más difícil mantener la lactancia. Trabajamos para identificar las causas subyacentes, como un mal agarre, posiciones incorrectas o frenillos en el bebé, ofreciendo estrategias específicas y personalizadas que alivien el malestar, protejan la salud del pecho y mejoren la experiencia de lactancia, permitiendo que esta sea cómoda, satisfactoria y sostenible en el tiempo.
Factores musculares y de bajo peso
Me centro también en factores físicos que afectan la lactancia, como la hipotonía o hipertonía de la zona perioral y bebés de bajo peso que se quedan dormidos al inicio de la toma. Estas situaciones requieren atención especializada para asegurar que el bebé reciba la nutrición adecuada y que la lactancia sea efectiva.

Preguntas frecuentes
¡Aprendamos un poco más!
¿Cuándo debería preocuparme si mi bebé no sostiene la cabeza?
Los bebés suelen controlar la cabeza alrededor de los 3-4 meses. Si a esta edad tu bebé no muestra signos de control, o su cabeza parece estar siempre caída hacia un lado, es importante consultar con un fisioterapeuta para evaluar su desarrollo y trabajar en ejercicios específicos.
¿Por qué mi bebé aún no rueda?
La mayoría de los bebés ruedan entre los 4 y 6 meses, pero cada niño tiene su propio ritmo. Si tu bebé parece rígido o incómodo al moverse, un fisioterapeuta puede ayudarte con ejercicios que fortalezcan los músculos implicados y estimulen un desarrollo motor adecuado.
¿Qué hago si mi bebé tiene una postura preferida al dormir?
Esto podría ser un signo de tortícolis congénita. La fisioterapia puede ayudar mediante estiramientos suaves y ejercicios que animan a tu bebé a girar la cabeza hacia ambos lados. Es importante abordar esto pronto para prevenir posibles asimetrías en el cráneo o cuello.
¿Qué puedo hacer si mi bebé no gatea?
Gatear suele aparecer entre los 7 y 10 meses y favorece el desarrollo muscular y la coordinación. Si tu bebé parece saltarse esta etapa, un fisioterapeuta puede enseñarte actividades que fomenten el desplazamiento. Sin embargo, algunos niños desarrollan otras formas de moverse igualmente válidas.
¿Cuándo debería preocuparme por la forma de la cabeza de mi bebé?
La plagiocefalia (asimetría en la cabeza) es frecuente en los primeros meses. Si notas aplanamiento o asimetría, especialmente si el bebé prefiere un lado para dormir, una consulta temprana con un fisioterapeuta puede prevenir que se agrave, con técnicas para mejorar la posición y fomentar el movimiento simétrico.
¿Es normal que mi bebé tenga una postura arqueada?
Algunos bebés tienen tendencia a arquear la espalda, especialmente al llorar o alimentarse. Sin embargo, si este comportamiento es frecuente o excesivo, podría ser señal de algún problema de tono muscular. La fisioterapia puede ayudar a evaluar y corregir patrones posturales si es necesario.
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